Puedes poner tu cabeza entre mis piernas,
otra vez.
Y enloquecer,
pues la vida es corta como el placer.
Y al anochecer te desnudarás
y yo no estaré allí.
Y descubrirás que el asesino
está cerca de aquí.
Puedes venir,
no se oyen disparos en el callejón.
Puedes subir, hoy me encuentro sólo
y lleno de alcohol.
Y me encontrarás borracho
y tú me hablarás en la oscuridad.
Y puede que yo te escuche
y algún día deje de matar.
Puedes venir,
no somos extraños.
Puedes subir,
y cambiar los latidos de mi corazón.
Puedes venir,
no somos extraños.
Puedes subir,
y cambiar los latidos de mi corazón.
Puedes mirar por la ventana,
creo que ya está cerca de aquí.
Puedes huir o coger la recortada
y quedarte junto a mi.
El negocio es peligroso nena,
este es el precio del placer.
No llores más,
esta noche el infierno será,
para los dos.