Bienvenidos pobres diablos a la fiesta del terror,
donde nada es imposible y nadie tiene salvación.
Carne en el asador
para el destripador.
Bajo la bruma de Londres acecha una maldición
bebe sangre y nunca duerme la otra cara del doctor
dos cabezas y una pierna cuelgan de su habitación.
Víctima treinta y dos,
para el destripador,
síntomas de esquizofrenia,
empieza la acción.
Y al anochecer rompe el disfraz
la otra cara de Jack,
y su sonrisa cruel vuelve a brillar.
Nadie está seguro,
hoy de nuevo es todo tan oscuro,
y anda suelto el destripador.
Segará tu vida
el cuchillo espera tras la esquina
nadie oirá tu voz.
Amanece y en las calles alguien grita en un rincón
fueron veinte puñaladas las que dio el destripador,
paz y prosperidad para el enterrador
alguien esconde una carta y un cuchillo delator.
Y al anochecer...